DIFICULTADES PARA DETECTAR EL CIBERACOSO

Lo primero de todo es reservarnos unos 15 minutos para hablar con él, para que se exprese con nosotros y nos diga cuanto le pasa, tanto malo como bueno. Con la comunicación continua haremos que se desahogue y verá que puede contar con nosotros.
Además, es primordial e importantísimo mantener un contacto directo con los profesores, ya que los ciber agresores suelen ser personas del colegio o alguien cercano o que conoce al niño. También es bueno observar si hay cambios en las costumbres y el comportamiento de los niños, ya que un joven que sufra acoso se sentirá más deprimido, con el ánimo más bajo, o incluso puede ser que se vuelva más irascible frente a las críticas o se le quite el apetito.
Para terminar, un buen barómetro que sirve para saber cómo está anímicamente nuestro hijo. Si de repente observamos que las notas comienzan a bajar, no lo achaquemos directamente a que se ha vuelto perezoso, sino que detrás de esos suspensos puede haber algo más grave que le haga no ser él mismo, como puede ser el ciberbullying.
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